Una familia de americanos compuesta por el señor
(ministro de América) y la señora Otis, su hijo mayor Washington, Virginia de
15 años y dos gemelos se trasladan a pasar el verano a Inglaterra, después de
haber comprado Canterville Chase, pese a las advertencias de todo el mundo,
incluida la del propio Lord Canterville de que se trataba de una propiedad
embrujada.
Un fantasma habitaba la casa desde hacía 300 años,
se trataba del alma culpable de Sir Simón de Canterville. Vagaba por la casa
tras desaparecer en circunstancias misteriosas nueve años, después de haber
asesinado a su propia esposa junto a la chimenea del salón
Pero los Otis, una familia moderna republicana, no
harán caso a esas historias. Al llegar a la casa, Mis Otis descubrirá con
desagrado una supuesta mancha de sangre, que manda inmediatamente limpiar
(pese a ello la mancha aparecerá repetidamente cada mañana) y esa misma
noche, el fantasma hace su aparición, despertando con el chirriar de sus
cadenas a Sir Otis, él le ofrece una botellita de engrasador y los gemelos
que le lanzan una almohada.
Así se inicia
una guerra entre los Otis y el fantasma, pero los planes de este último fracasan
ante la sangre fría de Sir Otis, el ingenio de Washington y las fechorías de
los gemelos.
Este cuento en un principio me pareció aburrido, pero
cuando uno se adentra a la historia te cautiva.
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Oscar Wilde. Oscar Fingal O'Flahertie Wills fue un escritor, poeta y dramaturgo de
origen irlandés.
Wilde es considerado uno de los dramaturgos más
destacados del Londres victoriano tardío; además, fue una celebridad de la
época debido a su gran y aguzado ingenio. Hoy en día, es recordado por sus
epigramas, sus obras de teatro y la tragedia de su encarcelamiento, seguida
de su temprana muerte. Entre sus obras se encuentran: El retrato de Dorian Gray, Salomé, La importancia de llamarse
Ernesto, entre otras.
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